Los ácaros rojos de la especie Tetranychus merganser son pequeños artrópodos, parientes de las arañas, que forman una tela de seda en sus colonias. En China, Estados Unidos, Australia y México atacan cultivos como la papaya, frijol y nopales además de plantas ornamentales, generando graves pérdidas económicas. Pero ahora, un grupo de investigadores ha encontrado un posible insecticida natural proveniente de una planta oriunda de la India y Pakistán: Moringa oleifera.

El uso de la moringa como bioinsectida no solo es efectivo para combatir ácaros; también ofrece una alternativa menos contaminante y más segura para la salud humana que los insecticidas químicos, explican investigadores de varias instituciones mexicanas quienes publicaron su trabajo en la revista Plants en mayo pasado.
“[Con el extracto de moringa] se cuida también la cuestión humana porque las personas, cuando están trabajando con agroquímicos, tienen este contacto directo y eso obviamente es algo peligroso en comparación con la moringa”, explica la agroecóloga Rapucel Heinz-Castro de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y primera autora del estudio.
En las plantas de frijol, por ejemplo, el daño de estos ácaros se observa como manchas blancas cerca de las venas de la planta afectada. A pesar de vivir apenas unos ocho días, estos pequeños arácnidos se reproducen de manera exponencial ocasionando grandes problemas en los cultivos. De no atenderse, las plantas mueren.
Entre las técnicas para combatir las plagas de ácaros están los insecticidas químicos, que hoy en día están en tela de juicio porque además de contaminar los suelos, dejar residuos y ser perjudiciales en la salud de quienes lo manejan, pierden efectividad con el paso del tiempo al volverse inmunes a este tipo de productos, como ocurre en otras especies del género Tetranychus.
Moringa oleifera es un árbol de rápido crecimiento que habita en ambientes de zonas tropicales y subtropicales. Se ha reportado que es resistente a la sequía lo que la vuelve ideal para cultivar en zonas donde no abunda el agua, como es el caso de las zonas áridas de México.
“[La moringa es] muy fácil de adaptar a las zonas semiáridas y áridas por su resistencia al estrés hídrico”, asevera Agustín Hernández-Juárez, de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro y coautor del estudio. “[T]ener un cultivo o producto que se pueda producir a bajo costo hídrico es una gran ventaja”.
El grupo de investigadores de cinco universidades del norte de México encontró que el extracto de la hoja de moringa provoca esterilidad en las hembras, lo que se traduce en una menor cantidad de huevecillos depositados.
Los investigadores recolectaron hojas limpias y maduras de un árbol de moringa de aproximadamente dos años. Utilizando las hojas, los investigadores obtuvieron un extracto etanólico que analizaron para determinar su composición química. Luego, rociaron diferentes concentraciones del extracto sobre hembras de ácaro viviendo en hojas de frijol, donde se observado que se establece mejor este ácaro, puestas en cajas Petri.
Los científicos analizaron el efecto en las hembras pues ellas son las responsables de dar paso a nuevas generaciones y por tanto, las que más necesitan comer y las que más daño generan en la planta, explica Julio César Chacón-Hernández, del Instituto de Ecología Aplicada de la Universidad Autónoma de Tamaulipas y coautor del estudio.
De las siete diluciones analizadas, el extracto de mayor concentración fue la más eficiente al provocar la mortalidad de más del 90% de las hembras rociadas en comparación con el control.
Además, la aplicación del bioinsecticida también disminuyó la cantidad de huevecillos eclosionados al evitar el intercambio de gases de los embriones dentro del huevo. Esta mortalidad se debe a la presencia de metabolitos secundarios en las hojas de moringa, como los alcaloides. Estos compuestos actúan sobre el sistema nervioso afectando el comportamiento y retardando el crecimiento.

Otra de las ventajas del uso de moringa como bioinsecticida es que las hojas son fácilmente accesibles debido a que los árboles constantemente las producen y además su colecta no pone en riesgo al árbol, según comentan los investigadores.
Aunque el camino para el uso comercial de un bioinsecticida a base de moringa es largo, los investigadores no lo descartan.
“[H]ay mucho trabajo por delante”, dice Hernández-Juárez. “[B]uscamos [hacer] un manejo integrado de plagas y enfermedades. No buscamos eliminar plagas o insectos, [sino] disminuir sus poblaciones para que no nos ocasionen un daño económico”.
El grupo de científicos también menciona que será importante conocer los efectos del extracto de moringa sobre los enemigos naturales del ácaro rojo y otros insectos benéficos para evitar efectos negativos en otras especies. Además, será necesario trasladar su experimento del laboratorio al campo para determinar su efectividad en un escenario real, tomando en cuenta todas las interacciones que existen en una parcela de cultivo y que pueden afectar la efectividad del extracto de Moringa, que van desde lo climático hasta las relaciones planta-planta o planta-insecto.
ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN
Heinz-Castro, Rapucel T.Q., Roberto Arredondo-Valdés, Salvador Ordaz-Silva, Heriberto Méndez-Cortés, Agustín Hernández-Juárez, and Julio C. Chacón-Hernández 2021. “Bioacaricidal Potential of Moringa oleifera Ethanol Extract for Tetranychus merganser Boudreaux (Acari: Tetranychidae) Control” Plants 10, no. 6: 1034. https://doi.org/10.3390/plants10061034

Carolina Hurtado-Torres es estudiante de la licenciatura de Horticultura Ambiental en la Universidad Autónoma de Querétaro. Le apasiona es escribir y tomar inspiración de los paisajes que se dibujan en el semidesierto de su estado. A partir de sus estudios y de sus observaciones en campo, Carolina ha desarrollado una convicción por proteger la naturaleza de amenazas como el cambio climático.
Traducción al inglés por Lorena Villanueva Almanza