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La región del Mediterráneo es famosa por sus olivos, donde más del 75% de la producción mundial de aceite de oliva proviene de España, Italia y Grecia. Sin embargo, la producción de aceitunas en la región está amenazada por la diseminación de la enfermedad bacteriana conocida como el síndrome del decaimiento súbito del olivo (Olive quick decline syndrome, OQDS por sus siglas en inglés). El OQDS causa la muerte de hojas y ramas impidiendo la producción de frutos. Actualmente no existe tratamiento para esta enfermedad, que ya ha devastado los olivares de la región de Salento en el sur de Italia. Sin embargo, hay algo de esperanza ya que la gravedad de los síntomas del OQDS parece ser diferente entre los cultivares de olivos hasta el punto que algunos parecen ser resistentes a la infección.
El síndrome del decaimiento súbito del olivo es causado por la infección de la bacteria gram-negativa Xyllela fastidiosa en los vasos del xilema. Existe consenso con respecto a que los insectos (vectores) que albergan células de X. fastidiosa en su sistema digestivo introducen la bacteria en el xilema mientras se alimentan de los pecíolos de las hojas de la planta hospedera. Desde aquí se propaga al xilema de las ramas y tallos. Una consecuencia común de la interacción planta-patógeno es la obstrucción de los vasos del xilema con material agregado y la degradación de las punteaduras del xilema. Sin embargo no está claro si las diferencias anatómicas del xilema entre los distintos cultivares de olivos son responsables de los distintos grados de resistencia a la infección por X. fastidiosa.

En un estudio reciente publicado en AoBP, Petit y sus colaboradores se propusieron caracterizar las diferencias en la anatomía funcional del xilema y sus patrones de distribución entre dos cultivares de olivos (Olea europea) italianos (Cellina di Nardo y Leccino) con respuestas opuestas a la infección por X. fastidiosa. Los dos cultivares tienen distintas susceptibilidades al síndrome del decaimiento súbito del olivo, siendo el cultivar Cellina di Nardo altamente susceptible a la infección y el cultivar Leccino más resistente.
En el estudio, las ramas infectadas del cultivar susceptible Cellina di Nardo tenían menos vasos de xilema, eran más grandes y presentaban una mayor incidencia de embolismos en estudios de campo, en comparación con el cultivar Leccino. Esto sugiere que los embolismos de aire en el xilema podrían jugar un papel en la predisposición de la planta a un ataque más virulento del patógeno. Los autores Petit y sus colaboradores esperan que este estudio ayude a orientar futuras investigaciones sobre la posible relación entre los embolismos del xilema y la actividad metabólica del patógeno X. fatidiosa.
Traducción al español por Lorena Marchant.